lunes, 20 de enero de 2014

Trastornos de la conducta alimentaria (I)


Cada año miles de personas, tanto adolescentes como adultos, padecen trastornos alimenticios o problemas de peso, o de la imagen corporal.
Un trastorno alimenticio hace referencia al trastorno psicológico con graves anormalidades en el comportamiento de la ingesta. Entre ellos los más conocidos son la anorexia nerviosa o la bulimia, pero no son los únicos, existen otros trastornos relacionados con la alimentación que se están volviendo más comunes, como el trastorno por atracón, diabulimia, potomanía, alcohorexia (también llamada ebriorexia o drunkorexia), los trastornos relacionados con la imagen corporal, las fobias a determinados alimentos, etc.
Todos ellos son muy peligrosos y provocan alteraciones y déficits, llegando en algunos casos como la anorexia a la muerte o daños irreparables. Suelen estar acompañados de otros problemas como estrés, ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, consumo de drogas, etc.
Estos trastornos, aunque suelen darse más en la adolescencia, también se dan en la edad adulta y en niños más jóvenes. No son trastornos femeninos como tiende a creer parte de la sociedad, pues cada vez se dan en mayor porcentaje en los hombres y tienden más al ideal de conseguir una figura atlética.
Son trastornos difíciles de identificar, sobre todo al inicio. Por lo general comienzan intentando perder algo de peso o ponerse en forma de forma gradual, llegando un momento en que estas proposiciones se vuelven obsesivas y difíciles de controlar. Otro de los hándicap que solemos encontrar es que el aspecto no siempre indica un trastorno de este tipo, ya que la delgadez excesiva o el sobrepeso, en otros casos, pueden deberse a otro tipo de enfermedades. Un signo común en todos estos trastornos es el miedo profundo a engordar, pues incluso se ven gordos cuando no lo están. La reacción cuando alguien de su entorno les comenta, critica o da una llamada de atención sobre su conducta suele ser bastante negativa y en muchas ocasiones desproporcionada, siendo difícil la comunicación, pidiendo que se les deje en paz, incluso arremetiendo contra la otra persona.
Si bien estas enfermedades puede desarrollarlas cualquier persona, hay algunas que presentan más riesgo debido a las presiones recibidas, metas a conseguir, o modelos a seguir, como es el caso de modelos, atletas, bailarinas o bailarines, actores, azafatas, etc. No obstante, no debemos olvidar la influencia de los comentarios de los demás, el aprendizaje de determinados valores y costumbres en nuestra casa y nuestro núcleo más cercano (donde lo habitual son dietas estrictas de alguno de los progenitores o hermanos, que se convierten en un continuo en vez de algo excepcional; los refuerzos y halagos de la pérdida de peso; etc.). También hay evidencias que nos indican que los trastornos alimentarios son hereditarios.
En todos los trastornos podemos ver que las conductas alteradas son:
  • Dieta extrema o ayuno.
  • Episodios de sobreingesta.
  • Una combinación de ambas. 

y en casi todas se da:
  • Preocupación por el peso o la figura.
  • Percepción alterada del peso y la imagen corporal.
En próximas entradas iremos conociendo las características de cada trastorno.

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