Cada año miles de personas, tanto adolescentes como adultos, padecen
trastornos alimenticios o problemas de peso, o de la imagen corporal.
Un trastorno alimenticio hace referencia al trastorno psicológico con
graves anormalidades en el comportamiento de la ingesta. Entre
ellos los más conocidos son la anorexia nerviosa o la bulimia, pero no son los
únicos, existen otros trastornos relacionados con la alimentación que se están
volviendo más comunes, como el trastorno por atracón, diabulimia, potomanía, alcohorexia
(también llamada ebriorexia o drunkorexia), los trastornos relacionados
con la imagen corporal, las fobias a determinados alimentos, etc.
Todos ellos son muy peligrosos y provocan alteraciones y déficits, llegando
en algunos casos como la anorexia a la muerte o daños irreparables. Suelen
estar acompañados de otros problemas como estrés, ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, consumo
de drogas, etc.
Estos trastornos, aunque suelen darse más en la adolescencia, también se
dan en la edad adulta y en niños más jóvenes. No son trastornos femeninos como
tiende a creer parte de la sociedad, pues cada vez se dan en mayor porcentaje
en los hombres y tienden más al ideal de conseguir una figura atlética.
Son trastornos
difíciles de identificar, sobre todo al inicio. Por lo general comienzan
intentando perder algo de peso o ponerse en forma de forma gradual, llegando un
momento en que estas proposiciones se vuelven obsesivas y difíciles de
controlar. Otro de los hándicap que solemos encontrar es que el aspecto no
siempre indica un trastorno de este tipo, ya que la delgadez excesiva o el
sobrepeso, en otros casos, pueden deberse a otro tipo de enfermedades. Un signo
común en todos estos trastornos es el miedo profundo a engordar, pues incluso
se ven gordos cuando no lo están. La reacción cuando alguien de su entorno les
comenta, critica o da una llamada de atención sobre su conducta suele ser
bastante negativa y en muchas ocasiones desproporcionada, siendo difícil la
comunicación, pidiendo que se les deje en paz, incluso arremetiendo contra la
otra persona.
Si bien estas
enfermedades puede desarrollarlas cualquier persona, hay algunas que presentan
más riesgo debido a las presiones recibidas, metas a conseguir, o modelos a
seguir, como es el caso de modelos, atletas, bailarinas o bailarines, actores,
azafatas, etc. No obstante, no debemos olvidar la influencia de los comentarios
de los demás, el aprendizaje de determinados valores y costumbres en nuestra
casa y nuestro núcleo más cercano (donde lo habitual son dietas estrictas de
alguno de los progenitores o hermanos, que se convierten en un continuo en vez
de algo excepcional; los refuerzos y halagos de la pérdida de peso; etc.).
También hay evidencias que nos indican que los trastornos alimentarios son hereditarios.
En todos los trastornos podemos ver
que las conductas alteradas son:
- Dieta extrema o ayuno.
- Episodios de sobreingesta.
- Una combinación de ambas.
y en casi todas se da:
- Preocupación por el peso o la figura.
- Percepción alterada del peso y la imagen corporal.
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