Algo que en el año 2013 me sigue resultado curioso es la
cantidad de prejuicios que despierta nuestra profesión: “ir al psicólogo es cosa de locos; te van a mirar mal; yo no tengo por qué contar mis problemas a
nadie y menos a un extraño; los
psicólogos son para los que no tienen amigos; y ese que no me conoce de nada cómo va saber
lo que tengo que hacer”.
Desde mi punto de vista personal y profesional, ir al
psicólogo no es cosa de locos, creo que la locura es no hacer nada cuando no
estás bien. Porque cuando te duele algo acudes al médico, si te molesta una
caries visitas al dentista, si en tu espalda sientes una contractura acudes al
fisioterapeuta, etc.
En definitiva, cuando tenemos un problema buscamos al
profesional que nos puede ayudar. Y un psicólogo es un profesional. No somos
magos que sacamos una varita mágica y cambiamos incomprensiblemente las cosas
para hacerte sonreír; no somos brujos con una bola de cristal, necesitamos que
nos cuentes; no somos tus amigos, llenos
de consejos, buenas intenciones y deseo; no somos jueces, porque nosotros no
juzgamos, simplemente escuchamos desde la objetividad, para ayudarte a entender
y comprender, a que tomes tus propias decisiones; no somos telépatas ni
adivinos; porque un psicólogo es un profesional cualificado, que ha superado
una formación universitaria. La psicología es una
ciencia.
Los psicólogos no te podemos garantizar qué va a pasar en tu
vida, porque eso depende de ti, de que profundices en tu persona, de que te
cuides y dediques tiempo a ti mismo, de que si identificas que son necesarios
cambios, seas sincero contigo mismo, lo aceptes y tengas voluntad de hacerlo.
Yo siempre digo que el psicólogo lo que hace es que recibe “las cartas” que tú
le entregas y él te las muestra, desde la objetividad, para que tú decidas como
jugarlas. Identifica los recursos y habilidades de que dispones, orientándote a
utilizarlos de una manera saludable o enseñándote aquellos que no poseías.
¿Por qué ponerse a la defensiva ante la idea de acudir a un
psicólogo?
- Por miedo a saber qué pasa
- Por la desconfianza a ver que igual algo va mal
- Por recelo a aceptar que algo nos hace daño y no es saludable para nosotros
- …
Los cambios son posibles, solo hay que querer y confiar en uno
mismo y en el profesional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario