lunes, 25 de noviembre de 2013

Violencia de género y violencia doméstica


Pero ¿cuál es la diferencia entre violencia de género y violencia doméstica?. El INE definió como violencia de género “los actos violentos físicos o psicológicos ejercidos sobre una mujer por un hombre que tenga o haya tenido con ella relación conyugal o de afectividad”. Y violencia doméstica como “el mismo tipo de actos ejercidos por hombres o por mujeres sobre familiares directos, a excepción de los casos que sean violencia de género”.

El maltrato se puede dar en parejas y ex parejas, esto quiere decir que no es necesario el requisito de estar casados o convivir juntos pues también se manifiesta en parejas a lo largo del noviazgo a parejas que han roto. Estamos acostumbrados a oír casos que hablan del maltrato que realizan algunos hombres sobre las mujeres, pero este maltrato también se puede dar de la mujer al hombre y en parejas homosexuales, sea cual sea su sexo. Además cuando en el seno de estás relaciones hay hijos, éstos también son víctimas de esta violencia, porque el simple hecho de presenciar estos hechos tiene efectos directos sobre los niños.

Puede que lo que estás viviendo te parezca una pesadilla, incluso piensas que lo que te ocurre no es maltrato porque eso no te podría pasar a ti, igual estoy exagerando piensas; cómo se lo digo a alguien, es una acusación muy fuerte; y qué pensaran de mi cuando se lo diga, pensarán que  soy tont@ por aguantar esto; cuándo empezó, ¿por qué lo permití?; por qué me hace esto si dice que me quiere y me promete que no lo volverá hacer más. Si todas estas ideas acuden a tu cabeza es muy posible que seas víctima de maltrato por parte de tu pareja. Si te viste reflejad@ en todas estas reflexiones es muy probable que seas víctima de violencia. Analiza cómo te  sientes cuando estás a su lado, ¿eres libre o te da miedo su reacción?, ¿debes medir tus palabras y tu forma de comportarte?.

Taverniers en 2001 ya enumeraba estos indicadores en abusos: verbales, económicos, amenazas diversas, aislamiento, intimidación, desprecio y abuso emocional, negación, minimización y culpabilización.

Lee el siguiente listado y valora si te sientes identificad@ con alguna de estas afirmaciones, si es así pide ayuda, habla con un familiar, un amigo o profesional (médico, psicólogo, abogado, policía) o llama al 016:
  • Te hace sentir inferior
  • Te obliga a mantener relaciones sexuales
  • Te descalifica, te insulta, critica y/o humilla
  • Te hace sentir culpable o te dice que estás loc@
  • Control abusivo de finanzas (solicitando justificación de los gastos o dándole un presupuesto límite.
  • Te amenaza a ti y/o a tus hijos
  • Te controla (dinero, actividades, relaciones sociales, ropa)
  • Te ignora  o castiga con su indiferencia
  • Te impide trabajar aunque sea necesario para el sostén de la familia
  • Utiliza a vuestros hijos, o te amenaza con llevárselos
  • Te agrede físicamente
  • Tiene cambios bruscos y desconcertantes de ánimo
  • Critica y descalifica a tus familiares y amigos. Incluso te impide que te relaciones con ellos
  • Te amenaza con suicidarse o hacerse daño si lo dejas
  • Te promete que no volverá a pasar, incluso te hace regalos
  • Te asusta con miradas, gestos o gritos
  • Muestra armas
  • Arroja objetos o destroza la propiedad
  • Se irrita con facilidad por cosas nimias, manteniendo a la víctima en un estado de alerta constante.
Lo habitual es que se comience con maltrato psicológico y continúe con el físico pero no siempre es así. Recuerda que la violencia tiene distintas formas de manifestarse, no es necesario ver una secuela física para que esta se produzca. El maltrato puede ser físico, psicológico  y/o sexual.

El maltrato no sólo afecta a la persona que lo recibe en primera persona sino también a los hijos, a los familiares, a la sociedad. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

Nomofobia, la adicción del siglo XXI que crece preocupantemente. Adictos al móvil.


Quieres saber si eres adicto al móvil, valora los siguientes supuestos:
  • Cómo reaccionarías si se te rompe el móvil y no tienes posibilidad de disponer de un nuevo Smartphone o teléfono en los próximos días.
  • Miras la pantalla de forma periódica, aunque no suene o no tengas ninguna notificación.
  • Cuando haces algún viaje al extranjero y  decides comer o tomar algo influye en tu decisión que en esos espacios dispongan de wifi o te es indiferente.
  • Si sales corriendo de casa y se te olvida el móvil, tienes la necesidad de volver a por él.
  • Te llevas el móvil al gimnasio.
  • Cuando estás en una reunión de amigos miras tu móvil o te olvidas de que lo llevas encima.
  • Si te quedas sin batería crees que estás ilocalizable, y tiendes a pensar que seguramente recibirás un llamada importantísima que no podrás atender por estar apagado.
  • Enciendes tu móvil según las ruedas del avión tocan tierra y no cuando la tripulación te autoriza a ello.
  • Usas el móvil incluso en comidas, reuniones familiares o de amigos, en el baño, etc.
  • Tiendes a llevar el cargador contigo por si necesitas cargarlo en el trabajo o en un restaurante.
  • Termina una función de teatro o de cine y miras la pantalla del móvil inmediatamente o te esperas a salir por la puerta de la sala.
  • Hay casos en los que incluso se utiliza sabiendo que esto puede tener una consecuencia negativa, conduciendo, caminando, en el puesto de trabajo o en el instituto.
  • Llegas a sentir que suena tu melodía de llamada o aviso.
  • Ante la idea de perder el móvil sientes miedo o angustia.

En definitiva ¿Puedes prescindir de tu móvil sin que te genere ningún tipo de alteración? Si al leer las situaciones anteriores te has sentido reconocido es muy probable que sufras una de las adicciones del siglo XXI, miedo a estar sin móvil.

Esta adicción al móvil recibe el nombre de nomofobia (abreviatura de la expresión inglesa 'no-mobile-phone phobia') miedo a estar sin el teléfono móvil.

Hablamos de miedo y adicción porque este miedo es parte de la adicción.
Pero esta adicción al móvil no es sólo un problema en la población adulta, sino que son muchos los jóvenes que sufren este problema. Un estudio de la Universidad de Granada indicaba que el 8% de los universitarios españoles  sufren nomofobia.

Pero cuáles son las consecuencias de esta adicción o miedo a no tener el móvil:
  • Inquietud o enfado.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Malestar generalizado.
  • Negación, ocultación o minimización del problema.
  • Sentimiento de culpa.
  • Ansiedad.
  • Baja autoestima.
  • Problemas de aceptación.
  • Déficit de habilidades sociales y resolución de conflictos.


La gravedad de los síntomas dependerá del grado de dependencia que tenga el afectado con su entorno.

Si ya has detectado esta adicción, lo mejor es que acudas a un psicólogo para tratar el problema lo antes posible. Además, en rasgos generales los tratamientos para frenar las consecuencias de la nomofobia son relativamente sencillos y tienen éxito, aunque como en todo tratamiento depende de la gravedad del caso y las características de la persona.